Héctor Abad Gómez, una historia conmovedora de El Olvido Que Seremos
Hemos visto la película El Olvido Que Seremos, basada en el libro homónimo escrito por Héctor Abad Faciolince. Este se basa en la relación con su padre, el Dr. Héctor Abad Gómez.
La historia del Dr. Abad es una búsqueda constante por la equidad, por una mejor sociedad. Su muerte es un crimen que enluta y pesa sobre la historia de Colombia. Los asesinatos generan un dolor que debería solidarizarnos cuando alguien es acallado de esta manera en este sinsentido de la guerra, el conflicto, la inequidad.
No solamente la película y el libro son conmovedores y maravillosos. Para nosotros se enriquecen al ver la película documental, Carta a una Sombra. Estas obras nos llevan a reflexionar sobre la violencia en Colombia y sus incontables víctimas.
Pensar en Medellín en la década de los 80 y 90, es viajar a un capítulo oscuro de la historia del país y específicamente la ciudad.
Incontables tragedias se dieron y han dejado su triste legado que aún persiste. El atroz asesinato de Héctor Abad Gómez hace parte de la historia de tragedia en el país. Violencia que persiste, muta y que aún atormenta la memoria de quienes la han sufrido y la sufren.
Algunos puntos del libro:
En El Olvido Que Seremos, obra escrita por Héctor Abad Faciolince, se retrata como historia central la relación entre este y su padre.
Pero esta relación no era exclusiva de ellos dos, está enmarcada en la hermosa familia Abad Faciolince, la cual es ejemplar.
Nos ha gustado mucho leer el libro, luego ver el documental Carta a una Sombra y posteriormente ver la reciente película homónima del libro El Olvido que Seremos.
En primer lugar, leer la obra es transportarse, así no se haya existido en la época, a unas décadas en las que la violencia del narcotráfico empezaba a sembrar su semilla perversa en la sociedad. Época también, de polarización por parte de ideologías, partidos, actores de todo tipo, entre otros…
Quienes vivieron desde los años 60 hasta los años 80 aproximadamente, quizá no pensaron en el rumbo que iban tomando las cosas en la ciudad y todos los ingredientes de esta macabra época.
La desigualdad, el hambre…
En la obra y en la película se habla mucho de la desigualdad en la ciudad. Medellín no contaba con la infraestructura adecuada para un crecimiento inesperado.
Héctor Abad Gómez sabía que el agua adecuadamente tratada prevenía enfermedades. En un periódico que fundó siendo universitario en 1945 expresó:
El Municipio de Medellín, una vergüenza nacional…
… El acueducto reparte bacilos de la fiebre tifoidea. La leche es impotable. El Municipio no tiene hospital…
Años después, cuenta Héctor Abad Faciolince, que su padre llevaba a sus hermanas al Hospital San Vicente de Paúl:
Maryluz, la mayor, se acuerda muy bien de una vez que la llevó al hospital infantil y la hizo recorrer los pabellones, visitando uno tras otro a los niños enfermos. Parecía un loco, un exaltado cuenta mi hermana, pues ante casi todos los pacientes se detenía y preguntaba: ¿qué tiene este niño?. Y el mismo se contestaba: Hambre…
… Todos estos niños lo único que tienen es hambre, y bastaría un huevo y un vaso de leche diarios para que no estuvieran aquí. Pero ni eso somos capaces de darles…
La violencia que se venía gestando en el país…
Como condimento a este oscuro caldo de la Violencia en Colombia, se añadía el terror del Paramilitarismo. Este generaba listas negras de personas a las que consideraban «aliadas de la izquierda», «idiotas útiles»
Una violencia que brotaba con el narcotráfico, y que en medio de la desigualdad de una Medellín que iba recibiendo campesinos en busca de oportunidades, o que simplemente huían de la guerra; generaba problemas graves de pobreza en los barrios menos favorecidos. Barrios mal llamados “Comunas” de forma despectiva.
Héctor Abad Faciolince manifiesta en el libro, el rechazo que le generaban las armas a su padre y que además estaba en contra de la lucha armada.
No es matando guerrilleros, o policías, o soldados, como parecen creer algunos, como vamos a salvar a Colombia. Es matando el hambre , la pobreza, la ignorancia, el fanatismo político o ideológico, como puede mejorarse un país
Como lo veremos más adelante, la izquierda radical lo tildaba de derechista y la derecha radical lo acusaba de izquierdista.
Una pequeña aproximación a la vida Héctor Abad Gómez
Héctor Abad Gómez (1921-1987) fue un Médico Salubrista, defensor de los Derechos Humanos y periodista de opinión.
En el artículo de Rodrigo Guerrero y Giovanni Apráez sobre el Dr. Abad se muestra gran parte de sus logros profesionales, los cuales eran logros sociales.
El Dr. Abad trabajó porque se hicieran acueductos en los barrios pobres de Medellín para evitar la enfermedad y muerte a causa de aguas contaminadas. Inclusive, además de lo mencionado párrafos anteriores, en una ocasión fue citado al Concejo de Medellín siendo estudiante de Medicina. Su hijo relata en El Olvido Que Seremos:
… Y fue así, como solo con su palabra y con una serie de datos precisos, logró que poco después se emprendieran las obras para construir un acueducto decente para toda la ciudad…
Vió morir a muchos niños de difteria. Esto lo tocó bastante y lo motivó a ser Médico Salubrista, a trabajar en la Medicina Social:
Empecé a pensar en medicina social cuando vi morir a muchos niños en el hospital, de difteria, y al ver que no se hacían campañas de vacunación; pensé en la medicina social cuando un compañero nuestro, Enrique Lopera, se murió de Tifoidea y la causa era que no le echaban cloro al acueducto…
… Yo me rebelé en ese periódico U-235 y cuando celebraron el Cabildo Abierto les dije Criminales a los Concejales porque dejaban morir al pueblo de fiebre tifoidea, por no hacer un buen acueducto…
Algunos de sus logros sociales y profesionales:
En 1949 lideró como jefe de División de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, la institucionalización del año rural para los médicos de Colombia.
En la Universidad e Antioquia fundó el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Para el año de 1957 implementó la vacunación masiva con Sabin (por virus atenuado). Esta se encontraba en fase de exploración. Esta vacunación inició por un brote de poliomielitis en Andes – Antioquia – Colombia.
Como ejemplo para motivar la vacunación, sus tres hijas mayores se inocularon.
Con base en esta medida en el municipio de Andes, se extendió la vacunación en Medellín y posteriormente en varios países de Latino América.
Para 1979 inició su participación en el Comité de los Derechos Humanos.
“Sin justicia social no puede ni debe haber paz, pero ni la justicia social ni la paz deben conseguirse con violencia”
Un acercamiento a la época de Héctor Abad Gómez
Ejerció como decente en la Universidad de Antioquia. Esta época de su vida está muy bien descrita en el libro. La Universidad tenía una ideología muy Conservadora, que se veía “amenazada” por un maestro moderno y liberal, como lo fue Héctor Abad Gómez.
En el Olvido Que Seremos, Héctor Abad Faciolince cita lo que dijo en una ocasión un colega de su padre. En una reunión el “Tuerto Jaramillo” dijo en presencia de doña Cecilia Faciolince y de su padre Héctor Abad Gómez:
“Yo no respiraré tranquilo hasta no ver colgado a Héctor de un árbol de la Universidad de Antioquia”.
Este hecho retrata muy bien el rechazo que se generaba en la Universidad por parte de algunas personas la presencia del maestro Abad.
También muestra el tamaño de la tensión que había en el ambiente. Colombia ha vivido desde hace décadas entre los fantasmas de la izquierda y la derecha, ambos radicales. Fantasmas que son animados por fuerzas oscuras de cada punto o ideología para justificar sus acciones radicales y violentas.
Algunas escenas de la película y el libro El Olvido Que Seremos:
En la película se dramatizan varias escenas en las que la Universidad de Antioquia va tomando giros ideológicos. Y es que esa ha sido una lucha del Estado Colombiano contra movimientos de izquierda. La lucha por ganar la posición de la academia.
Entre este conflicto de derecha e izquierda se solía etiquetar erradamente a Héctor Abad Gómez, dependiendo del bando que diera su opinión.
De acuerdo al libro el Olvido que seremos, Héctor Abad Gómez manifestaba que la derecha lo tildaba de izquierdista o “idiota útil” a él que ni siquiera había leído a Marx. Y que la izquierda lo tildaba de derecha, a él que siempre había sido un liberal.
En medio de la polarización, se daba el riesgo y las amenazas que lo llevaban al exilio en repetidas ocasiones. Hacía misiones médicas en otros países.
Estos meses de exilio son representados muy especialmente desde la posición de su familia. Al punto, de su hijo desear no perder el aroma de su amado padre en la almohada.
Especialmente en la película, se recrean las cartas leídas y mensajes que intercambiaban con él durante estos viajes al Oriente.
El Dr. Abad era un humanista que buscaba equidad en la sociedad. No consideraba que las personas nacieran en igualdad de condiciones, pues por ejemplo, en los barrios de Medellín los niños nacían con hambre.
En los estudios que hacía con el Dr. Saunders por los barrios, comparaba la contextura de su hijo con la de niños de su misma edad. Así demostraba como la desnutrición generaba efectos adversos en el desarrollo de los niños de los barrios pobres de la ciudad de Medellín.
El crimen contra la humanidad de Héctor Abad Gómez:
En una época en la que los asesinos empezaban a escalar sus crímenes por mera sospecha, se dio el terrible crimen contra el Dr. Abad.
Él se encontraba en campaña política y su nombre había sido publicado en una lista de «objetivos militares». En esta aparecía inclusive Carlos Vives.
El 25 de Agosoto de 1987 dos sicarios lo mataron. Su muerte sigue impune.
Dentro de las historias del libro y la película se muestra como se dio este fatídico hecho y se representa la tragedia para la familia Abad Faciolince.
La violencia en Colombia ha costado incontables vidas y ha sacrificado el futuro de generaciones que han quedado con la semilla de zozobra que siembra el terror.
En Medellín, el asesinato llegó a ser la principal causa de muerte. Un pasado que oscurece y dejará un lastre que pesará sobre generaciones.
En un bolsillo de la ropa que llevaba Héctor Abad Gómez, su hijo encontró el poema de Borges… Ya Somos el Olvido Que Seremos
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres, y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el término. La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso, con esperanza, en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la Tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo
esta meditación es un consuelo